La crioterapia no invasiva utiliza temperaturas extremadamente bajas para tratar áreas específicas del cuerpo, promoviendo la regeneración celular y reduciendo la inflamación. A diferencia de la crioterapia invasiva, que implica procedimientos más invasivos, la no invasiva aplica frío de manera controlada a la superficie de la piel.
Este enfoque es popular para tratar la celulitis, reducir la grasa localizada y mejorar la textura de la piel. Además, es eficaz para aliviar el dolor muscular y acelerar la recuperación post-ejercicio sin necesidad de cirugía o procedimientos invasivos.
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